domingo, 9 de marzo de 2014

Please Don't Go


All those arrows you threw, you threw them away
You kept falling in love and then one day
When you fell, you fell towards me
When you crashed in the clouds, you found me
Oh, please dont go
I want you so
I cant let go
For I lose control
Get these left handed lovers out of your way
They look hopeful but you, you should not stay
If you want me to break down and give you the keys
I can do that but I cant let you leave
Oh, please dont go
I want you so
I cant let go
For I lose control




Songwriters
FENNELL, BRIAN LESENY

Published by
Lyrics © Warner/Chappell Music, Inc.

jueves, 6 de marzo de 2014

We Own The Sky

Each shade of blue
Is kept in our eyes
Keep blowing and lightning
Because we own the sky
Secrets from the winds
Burnt stars crying
Soft, soft or cruel
Can't we change our minds?
We kill what we build
Because we own the sky
Secrets from the winds
Burnt stars crying
So many moons here
Lost wings floating
It's coming, it's coming now
It's coming, it's coming now
It's coming, it's coming now


Songwriters
Gonzalez, Yann / Gonzalez, Anthony
Published by
Lyrics © EMI Music Publishing

sábado, 1 de marzo de 2014

Midnight City.

Waiting in a car.
Waiting for a ride in the dark.
The night city grows.
Look and see her eye, the glow.
Waiting in a car.
Waiting for a ride in the dark.
Drinking in the lounge.
Following the neon signs.
Waiting for a roar.
Looking at a mutating skyline.
The city is my church.
It wraps me in the sparkling twilight.
Waiting in a car.
Waiting for the right time.
Waiting in a car.
Waiting for the right time.
Waiting in a car.
Waiting for the right time.
Waiting in a car.
Waiting for the right time.
Waiting in a car.
Waiting for a ride in the dark.


Into Dust.

Still falling
Breathless and on again
Inside today
Beside me today
Around broken in two
Till your eyes shed into dust

Like two strangers turning into dust
Till my hand shook with the weight of fear
I could possibly be fading
Or have something more to gain
I could feel myself growing colder
I could feel myself under your fate
Under your fate
It was you breathless and torn
I could feel my eyes turning into dust
And two strangers turning into dust
Turning into dust

IIda kaori. Cherbourg No Amagasa

Depuis quelques jours je vis dans le silence
 Des quatres murs de mon amour
 Depuis ton départ l'ombre de ton absence
 Me poursuit chaque nuit et me fuit chaque jour

 Je ne vois plus personne j'ai fait le vide autour de moi
 Je ne comprends plus rien parce que je ne suis rien sans toi
 J'ai renoncé à tout parce que je n'ai plus d'illusions
 De notre amour écoute la chanson

 Non je ne pourrai jamais vivre sans toi
 Je ne pourrai pas, ne pars pas j'en mourrai
 Un instant sans toi et je n'existe pas
 Mais mon amour ne me quitte pas

 Mon amour je t'attendrai toute ma vie
 Reste près de moi reviens je t'en supplie
 J'ai besoin de toi je veux vivre pour toi
 Oh, mon amour ne me quitte pas

 Ils se sont séparés sur le quai d'un gare
 Ils se sont éloignés dans un dernier regard

 Oh, je t'aim' ne me quitte pas

Not Alone (L)

I break down, fear is sinking in
The cold comes, racing through my skin
Searching for a way to get to you
Through the storm you...
Go, giving up your home
Go, leaving all you've known
You are not alone
With arms up, stretched into the sky
With eyes like, echoes in the night
Hiding from the hell that you've been through
Silent one, you...
Go, giving up your home
Go, leaving all you've known
You are not alone
Go, giving up your home
Go, leaving all you've known
You are not alone
You go, giving up your home
Go, leaving all you've known
You Go, giving up your home
Go, you are not alone
You are not alone
You are not alone
You are not alone

Abby Diamond: Pájaros con sangre de acuarela.














La Leyenda de Las plumas del Pavo Real. México


Hubo una época en la que las aves no son como las vemos ahora. Entre ellas había constantes riñas porque todas creían que tenían mayor importancia que las otras, algunas por lo bello de su canto, otras por sus llamativos plumajes.
En ese entonces, el Gran Espíritu que todo lo sabe y todo lo ha creado, convocó a una asamblea, para elegir a una que pudiera gobernar a todas las aves, con la nobleza que requería tan elevado cargo.
Comenzaron las aves a discutir con las otras sobre el concurso, y empezaron cada una a exaltar sus virtudes, pretendiendo ser merecedoras de tal distinción.
-Seguramente será elegida el ave con el canto más dulce - dijo Xkokolch, el ruiseñor, desde la rama de un grueso árbol- así podrá lograr el consenso de todas y su voz será una caricia para las que se encuentren apesadumbradas.
-Te equivocas - replicó Cutz, el Pavo Montés, mientras se posaba en otro árbol- eso no es lo que necesitamos. Quien gobierne a las otras aves debe ser fuerte, con el carácter y rigidez que el puesto requiere, para poner orden donde nunca lo ha habido - y con sus garras rompió la rama en la que estaba posado.
- Estoy en desacuerdo! - contestó Chac-dzibdzib, el Cardenal, mientras desplegaba sus alas - no hay otra ave que sea más capaz que yo para gobernar aquí - Mi trayectoria es impecable, y todo el mundo se admira de mi plumaje color escarlata.
Dzul-Cutz, el Pavo Real, escuchaba a las otras aves que trataban de exaltar sus características. Pero él, como en ese entonces no tenía un plumaje muy bello, se inhibía por su escaso atractivo, y se llenaba de envidia. En un momento, le vino a la mente su Puhuy, el mensajero de los caminos, quien por estar ausente no se había enterado de que las aves discutían quién debía ganar el concurso.
Dzul-Cutz el Pavo Real, se encaminó hacia la casa de éste último y le comentó de la convocatoria:
-Yo sé que no soy capaz de concursar con este plumaje para este concurso, y en tu caso, tú tienes un plumaje hermoso, pero eres demasiado pequeño para ser el Rey de las Aves, y tal vez te pueda faltar la elegancia y gracia que yo poseo. He venido a proponerte algo: Si tú me prestas tu plumaje yo podría ganar el concurso y entonces compartiría mis riquezas y honores de mi reino.
El pájaro Puhuy al principio desconfió, pero después de que Dzul-Cutz le insistió, logró quedar convencido y le prestó sus plumas, que al principio fueron pocas pero después se reprodujeron para cubrir el cuerpo del Pavo Real con un estupendo vestido con una larga cola con el color turquesa del mar, y los colores cálidos del atardecer.
Dzul-Cutz el Pavo Real se dirigió al elegante edificio donde se habían reunido las aves a elegir al Rey de las Aves, y al entrar contoneándose y con el cuello erguido causó exclamaciones y las aves más bellas, que habían pensado ser merecedoras de el primer lugar movieron la cabeza con incredulidad al contemplar la galanura con la que se adueñaba Dzul-Cutz del evento, mientras entonaba un melodioso gorjeo.
El Gran Espíritu, maravillado ante la imagen del Pavo Real, no dudó en proclamar al Pavo Real como monarca de las aves, y entonces ordenó difundir la noticia por todos los alrededores
Sin embargo, Dzul-Cutz no devolvió a Puhuy sus plumas, y después de unas semanas apareció éste último tapándose debajo de un arbusto, y con frío. Al haber ganado a riquezas y honores, el Pavo Real se había olvidado del favor que le había hecho su amigo. Todas las aves hicieron saber al Gran Espíritu que el Pavo Real había logrado ese bello plumaje por medio de la traición que había hecho a Puhuy y exigieron que fuera castigado.
Desde entonces, cada vez que el majestuoso Pavo Real abre el pico, no sale más un bello canto de su garganta, sino un sonido desagradable que causa risa en las otras aves, en castigo a su mala acción.


viernes, 28 de febrero de 2014

Más maravillosas obras de Dean Crouser.





Gaia



Algo más que un rostro.






Otro grito de un alma extraviada.

Yo no sé lo que busco





Te amo… ¿Por qué me odias?
-Te odio… ¿Por qué me amas?
Secreto es éste el más triste
y misterioso del alma.
Mas ello es verdad… ¡Verdad
dura y atormentadora!
-Me odias porque te amo;
te amo porque me odias.

Yo no sé lo que busco eternamente
en la tierra, en el aire y en el cielo;
yo no sé lo que busco; pero es algo
que perdí no sé cuando y que no encuentro,
aun cuando sueñe que invisible habita
en todo cuanto toco y cuanto veo.
Felicidad, no he de volver a hallarte
en la tierra, en el aire, ni en el cielo,
y aun cuando sé que existes
y no eres vano sueño!

En los ecos del órgano, o en el rumor del viento,
en el fulgor de un astro o en la gota de lluvia,
te adivinaba en todo, y en todo te buscaba,
sin encontrarte nunca.
Quizás después te ha hallado, te ha hallado y ha perdido
otra vez de la vida en la batalla ruda,
ya que sigue buscándote y te adivina en todo,
sin encontrarte nunca.
Pero sabe que existes y no eres vano sueño,
hermosura sin nombre, pero perfecta y única.
Por eso vive triste, porque te busca siempre,
sin encontrarte nunca.


Rosalia de Castro

jueves, 27 de febrero de 2014

Y diré: ¡Esta es mi alma!

Soy un alma desnuda en estos versos,
 Alma desnuda que angustiada y sola 
Va dejando sus pétalos dispersos. 

Alma que puede ser una amapola, 
Que puede ser un lirio, una violeta, 
Un peñasco, una selva y una ola. 

Alma que como el viento vaga inquieta 
Y ruge cuando está sobre los mares, 
Y duerme dulcemente en una grieta. 

 Alma que adora sobre sus altares, 
Dioses que no se bajan a cegarla; 
Alma que no conoce valladares. 

Alma que fuera fácil dominarla 
Con sólo un corazón que se partiera 
Para en su sangre cálida regarla.

 Alma que cuando está en la primavera
 Dice al invierno que demora: vuelve,
 Caiga tu nieve sobre la pradera. 

Alma que cuando nieva se disuelve
 En tristezas, clamando por las rosas 
con que la primavera nos envuelve. 

Alma que a ratos suelta mariposas 
A campo abierto, sin fijar distancia, 
Y les dice: libad sobre las cosas. 

 Alma que ha de morir de una fragancia 
De un suspiro, de un verso en que se ruega, 
Sin perder, a poderlo, su elegancia. 

 Alma que nada sabe y todo niega 
Y negando lo bueno el bien propicia
 Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia 
Palpar las almas, despreciar la huella,
 Y sentir en la mano una caricia.

 Alma que siempre disconforme de ella,
 Como los vientos vaga, corre y gira; 
 Alma que sangra y sin cesar delira 
Por ser el buque en marcha de la estrella. 
 Lee todo en: Alma desnuda - Poemas de Alfonsina Storni

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